Las dificultades surgen cuando llega el
momento de soltar aquello que ya no podemos conservar.
Proveniente del verbo solvere, la etimología de la palabra soltar remite a la libertad y
la absolución.
A la hora de soltar algo significativo, suele
presentarse el conflicto entre el amor hacia otro y el amor propio, ya que si
elijo el amor a lo perdido, el amor propio disminuye. Si decido preservar la
propia integridad, una parte del amor hacia el otro se pierde.
Hay distintas situaciones en donde se hace
necesario soltar:
· Cuando
una persona amada se ha ido
· Cuando
estamos con alguien que nos hace daño
· Cuando
ciertos ideales producen conductas autodestructivas
· Cuando
un vínculo genera inestabilidad afectiva
· Cuando
una etapa de la vida ha finalizado
· Cuando
es momento de tomar una decisión importante
· Cuando
ocupamos un nuevo lugar en la familia
o la sociedad
En estos casos, deben soltarse diferentes
cosas, pero el mecanismo que opera es el mismo. Cuanto más hemos amado, más
doloroso será el acto de soltar ya que con el objeto que soltamos, una parte de
la propia existencia se pierde. Pero mucho peor es el tormento si es tiempo de
soltar y este acto se hace imposible, ya que en vez de perder solo una parte de
nosotros mismos, se corre el riesgo de perdernos por completo.
Cuando es muy difícil soltar, queremos
retener algo que ya se ha ido, y esta retención siempre tiene consecuencias que
generan sufrimiento en el cuerpo, las relaciones, los pensamientos, los
sentimientos. Pero el problema mayor de no aceptar las pérdidas es que, de este
modo, no ganamos nada. Poniendo como ejemplo las etapas de la vida, para ser un
adulto y gozar de la independencia que esta etapa conlleva, es imprescindible
soltar la adolescencia. Es una especie de ley subjetiva: no hay ganancias sin
pérdidas.
Tal como dijo J. Lacan, los seres humanos
tienen el poder de retener o inventar. Cuando el momento de soltar se acerque,
será cuestión de apostar a la invención, y a las posibilidades de ganancia que
aparecen cuando dejamos de retener lo perdido.
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